sábado, 18 de agosto de 2012

Hijos del decrecimiento

Nuevas pautas de la economía ecológica | El acceso a la vivienda se garantiza con un derecho de uso ilimitado | Un grupo de jóvenes rehabilita una colonia textil abandonada en la comarca del Anoia | El movimiento de la buena vida crece con nuevos asentamientos y proyectos basados en el rechazo al consumismo | Autoproducción, vida asociativa y venta de comida agroecológica, pivotes de la actividad.


Antes de que llegara la crisis, ya veíamos que esto era insostenible. Comenzamos a interesarnos por el movimiento del decrecimiento en Barcelona, y éramos seguidores del filósofo francés Serge Latouche. Pero al llegar la crisis ya vimos que no era necesario predicar nada, porque el decrecimiento venía solo. De hecho, ya está aquí". Así se expresa Joan Marca, un jardinero en paro de Poblenou que hizo estudios de ingeniero agrónomo y que será uno de los residentes de la colonia textil de Calafou (Vallbona d'Anoia), ahora en proceso de rehabilitación. En esta vieja colonia industrial se está instalando un nuevo grupo de seguidores del movimiento de la buena vida: esa filosofía que practican jóvenes sobradamente preparados pero que han dado portazo a la banca tradicional, que huyen del consumismo devorador de recursos y lo fían todo a la idea de compartir (tiempo, espacio, ocio, economía, amistad).